Rüthwen Jürgensen

Casa Rüthwen – Jürgensen

Arne Jacobsen

 

Desde siglos atrás, Dinamarca y los países escandinavos han mantenido una identidad propia reflejada en la arquitectura y en el modo de organizar el espacio debido a sus circunstancias geográficas y sociales. Llegando al siglo XIX esta esencia perdura, pero con influencias francesas e inglesas, adoptando conceptos como la construcción aislada en paisajes orgánicos e idílicos, aunque artificiales, propios del pintoresquismo inglés. Sin embargo, la entrada del siglo XX incorporará cambios de estética drásticos en Europa, donde se dejará atrás la apariencia clásica de la imagen propia de cada cultura, haciendo evolucionar también el modo de construir.

Arne Jacobsen fue un arquitecto y diseñador industrial nacido en Dinamarca en 1902. Pionero en introducir el movimiento moderno en su país a través de la arquitectura y diseños propios relacionados con el mobiliario y el espacio habitable. Famosas son sus cuberterías y juego de sillas (la silla ‘ant’) y lámparas, características de ser simplificadas al máximo y brindar un diseño abstracto.

La obra de Jacobsen comienza a mediados de los años 20 con el estilo tradicional de la edificación nórdica: volúmenes claros, limpios y sencillos, cubiertas a dos aguas con mucha inclinación, gran uso de la madera o del ladrillo… Aunque pronto se desmarcará de este tradicionalismo y empezará a experimentar con volúmenes más complejos y materiales más industriales. No perderá el sentido orgánico de sus obras, ni de la técnica constructiva utilizada desde siempre (estructura amoldada al volumen, muros portantes, simetrías), puesto que sigue siendo parte de la identidad escandinava, pero se verá presente una arquitectura afín a la predicada por Le Corbusier, la cual usará como principio de inspiración.

El intento cada vez más pronunciado por la evolución hacia el ‘Nuevo Estilo’ produjo algunas complicaciones, sobre todo en el diseño de casas unifamiliares, que todavía construía de manera tradicional. Es por ello por lo que hacia la década de los 30 y bajo las influencias de Le Corbusier y Mies van der Rohe, se interesa por la producción sistemática y prefabricada que permitirá reproducir volúmenes sencillos y simples en siguientes obras además de implementar la construcción diáfana de estructura metálica. Llegará a madurar estas novedades después de la Segunda Guerra Mundial, hacia los años 50.

La casa unifamiliar dotada de patio será casi una constante para Jacobsen, específicamente los patios abiertos, por lo tanto, será común ver cómo el concepto de ‘alas’ abrazando un espacio abierto acompaña los diseños durante todas las transformaciones técnicas y estilísticas de su carrera. Era algo esencial que las casas estuvieran acogidas por el entorno natural. Crear un patio abierto que quedara rodeado por sus tres lados permitía un acceso directo por todas las estancias de luz natural y ventilación sin pretender aislarlo del resto de las zonas verdes de la parcela, de modo que quedaba unido el conjunto patio-jardín.

La casa Rüthwen-Jürgensen construida entre 1953 y 1956 es un claro ejemplo de la arquitectura de madurez de Arne Jacobsen. Consigue aunar todos los conceptos del movimiento moderno, que además eran la tendencia de la década, conservando el modo escandinavo de habitar y por supuesto sin perder la relación con el entorno. No se puede destacar sin haber contemplado previamente la trayectoria del arquitecto ya que supone un elemento crucial para el proyecto, pues pronto se observa cómo esta obra es fruto de su legado décadas atrás.

Se trata de una casa compuesta por tres bloques o ‘alas’ en forma de U dejando el típico patio abierto de Jacobsen en la parte oeste, en la parte este se encuentra el bloque principal que conecta los otros dos por sus extremos y dispone de vista directa hacia el mar, paralelamente a la orilla. El emplazamiento se encuentra en Skodsborg,

una localidad al norte de Copenhague, el terreno construido total abarca 400 metros cuadrados y está pensada para albergar una familia de tres hijos (la familia Jürgensen). El volumen norte forma un ángulo recto con el ala central dispuesto paralelo a la costa, mientras que el cuerpo sur, conectado a este por un corredor, está girado 27 grados hacia el sur y hacia el camino de acceso.

En el ala principal, la sala de estar se divide en espacios definidos que, sin embargo, forman visualmente un continuo dividido en cinco bahías.  El comedor y la terraza cubierta adyacente ocupan el primer tramo; el salón, de techo particularmente alto, ocupa dos crujías y constituye la segunda zona. La cuarta cámara alberga una estancia con chimenea y un pasillo que conduce al ala sur. En el nivel superior se encuentra el estudio, al que se accede por una escalera transversal abierta al salón. El estudio también ocupa parte de la quinta crujía, junto con un balcón orientado al sur. Finalmente, en el nivel inferior, está el invernadero, parcialmente cortado por el corredor que conduce al ala sur. La inclinación transversal de la cubierta del cuerpo norte se une a la inclinación longitudinal del techo del ala principal que, en consecuencia, aparece como un volumen en forma de embudo, cuya altura crece, avanzando en dirección sur. Por lo tanto, fue posible agregar un segundo nivel.

Jacobsen ya tenía un boceto inicial pensado para la casa, la familia que la habitaría y sus usos; pero en este caso, primero pensó la idea y luego la adaptó al lugar donde se construiría. Era una parcela con bastante diferencia de altura, contando con un desnivel de 14 metros en diferentes puntos, por lo que aplicó un concepto que aprendió de Mies Van der Rohe: la atalaya, que significa 'torre vigía' y 'altura desde la que se divisa mucho espacio de tierra o mar'. Estas definiciones se aplican a la casa, ya que se colocó en el punto más alto del terreno, y utilizó esa altura y las vistas que se tenían desde ese punto para evolucionar la casa desde un boceto de casa patio inicial a la idea definitiva. 

Los tres volúmenes diferentes se distribuían de la siguiente manera: el volumen más al norte, se encontraban las habitaciones de los 4 hijos de la familia y algunas zonas de servicio, estaba pegada al borde norte de la parcela, por lo que las habitaciones daban al propio patio abierto de la casa. El volumen más al sur, con la misma forma geométrica que el primero, estaba dedicado a la habitación del matrimonio y al garaje. Y para separar la intimidad de los hijos con la de los padres, las vistas que se pusieron aquí van hacia fuera y no hacia el patio, aprovechando la voluminosa vegetación que envolvía es zona de la casa y que daba libertad para poner ventanales sin perder intimidad. El volumen central y más importante, unido al primero por una macla donde se encontraba la entrada a la propia casa y la cocina, tenía dos plantas, con la primera de doble altura. El diseño le permite disfrutar de una excelente vista de la ensenada costera desde el ala principal y al mismo tiempo crear un área recreativa protegida entre las alas laterales occidentales. La cubierta era inclinada para aprovechar la forma que se había pensado para el interior de esta parte de la casa: el salón de doble altura y un despacho abierto en la parte superior. La parte inferior de este volumen, la que contiene la planta baja, estaba envuelta de ventanales que daban lugar a las vistas al mar desde la altura donde se encontraba la casa, y al mismo patio. Esto significaba que el arquitecto había unido dos conceptos arquitectónicos: el patio y el pabellón (el primero se piensa para ser visto desde dentro y el segundo se piensa para ser visto desde fuera). Había conseguido asi un nexo habitable donde disfrutar de dos cosas fundamentales de la casa: las vistas al mar y el patio de la casa.

Esta casa resulta ser la evolución de sus proyectos antecedentes como viviendas unifamiliares. Cambió principalmente el método constructivo y materialidad, pero conservando la misma intención en algunos aspectos de sus distintas obras. Un claro ejemplo de ello, que nos serviría para comprobar este traslado es la casa Rothenborg. Esta casa patio de 1930 resultó ser la residencia del embajador inglés en Copenhague. Juega entre lo moderno con lo tradicional. La prensa lo consideró un gran avance para Jacobsen, comparándolo con Le Corbusier. Sin embargo, algunos no estaban dispuestos a aceptarla como una casa genuinamente modernista , ya que estaba hecha de ladrillo en lugar de hormigón armado y se basaba en un enfoque tradicionalmente inglés. Sin embargo, la casa todavía tiene un aspecto moderno con su fachada blanca, sus ventanas con marcos de hierro y sus formas cúbicas, incluidas las paredes blancas de su terraza.

 

Se puede observar la misma morfología o parecida: tres volúmenes que recogen un espacio ajardinado unidos entre sí, sin embargo, el factor diferenciador entre ambas casas, a parte del cambio de época, también tiene que ver con el emplazamiento y los recursos utilizados para aprovechar el entorno, puesto que en Rothenborg encontramos zonas boscosas y en Rüthwen-Jürgensen el ambiente costero nórdico. La construcción y estructura de esta última fue algo que quiso destacar por su novedad: realizada con una estructura de acero cubierta con tableros verticales impregnados de sal y perfilados por vigas de madera revocadas. Los tabiques entre las zonas transversales son parcial o totalmente de vidrio y las ventanas del ala principal forman dos cintas horizontales continuas, una en cada fachada larga, y sólo hacia el este, por lo tanto, hacia el mar, las ventanas se extienden hasta el suelo. Los bloques laterales están equipados con techos de cobertizo bajos y ambos están construidos con ladrillos encalados. Los vanos se resuelven con un muro cortina dotado de rejillas de ventilación de teca y el techo continuo está revestido con tablas sin pintar. A la "transparencia longitudinal", hacia arriba a lo largo del techo, se le añade así una "transparencia transversal" horizontal, a la altura de los ojos.  Solo una persona de pie en el comedor, pegada a la pared de la cocina, puede disfrutar de ambas vistas con solo girar la cabeza.  Por lo demás, los del comedor disfrutan de la transparencia transversal, mientras que los del estudio deben conformarse con la transparencia longitudinal.

La característica del estilo de diseño de Jacob Sen es la configuración de las ventanas.  En el jardín de invierno, la ventana profunda que alberga las plantas verdes, ya presente en muchas casas diseñadas anteriormente por el arquitecto, adquiere una nueva forma, siendo concebida como un escaparate cuya base es un gran jarrón de flores. El tema se desarrolló aún más en las profundas ventanas de doble cinta en el frente occidental, que en el interior aparecen como vitrinas sobresalientes y continuas, formando una especie de zona de filtro entre los espacios externos e internos. Es un escaparate que permite observar fragmentos de la naturaleza sin obstáculos.  Simplemente cerrando las persianas puedes dejar la naturaleza afuera, para enfocar su imagen en la ventana.

La experiencia total del espacio requiere una participación del sujeto y una interacción a través del movimiento a lo largo de los planos horizontal y vertical.  Con esta organización de las salas de estar dentro del volumen principal, Jacobsen ha creado una espacialidad dinámica, inusual para él, caracterizada por la preservación de la clara articulación de cada espacio en un todo que es perceptible en su totalidad. Existe un control constante del espacio cuyo carácter singularmente moderno sitúa el proyecto al mismo nivel que la mejor arquitectura internacional del momento.

Casa Rüthwen – Jürgensen  


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